En España cerca de 500 mujeres de origen rumano son explotadas sexualmente. En muchos casos, su trayecto empieza con una falsa promesa de amor o con la expectativa de mejorar su futuro. ¿Quieres conocer más detalles?
En España cerca de 500 mujeres de origen rumano son explotadas sexualmente. En muchos casos, su trayecto empieza con una falsa promesa de amor o con la expectativa de mejorar su futuro. ¿Quieres conocer más detalles?
Las mujeres rumanas son el colectivo de víctimas de trata más numeroso de España. Representan el 34 % de las 1.428 mujeres detectadas, según datos de la Fiscalía General de 2014. A una distancia significativa, siguen las mujeres chinas (13 %), las dominicanas (10 %), las brasileñas (7 %), las colombianas (6 %), las nigerianas (4 %) y las paraguayas (4 %), entre otros colectivos. La explotación sexual es la principal finalidad de los casos de tráfico en España (91,6 %).
La media de edad oficial de las mujeres de origen rumano explotadas sexualmente en nuestro país es de 28 años, pero los datos muestran que el grupo más numeroso es el de menores de 25. Sin embargo, se estima que las víctimas son mayoritariamente menores de edad, una realidad invisible en los datos oficiales porqué las chicas suelen estar explotadas durante varios años antes de ser identificadas.
Los roles de género tradicionales que hallamos en las premisas del amor romántico están directamente relacionados con la vulnerabilidad de las jóvenes ante el tráfico. Habitualmente, el traficante/explotador establece una relación afectiva con la víctima y le promete un proyecto de vida en común en el país de destino. Además, las mujeres son sobreresponsabilizadas del cuidado y el bienestar (también económico) de su familia, una presión que aumenta su vulnerabilidad a la captación y el mantenimiento de la situación de explotación.
La captación se articula a través de familiares o amistades y de las parejas de las mujeres. Por eso, hay puntos en común entre los casos de tráfico y los de violencia machista en el ámbito de la pareja y la familia, condición que contribuye a la invisibilidad de las vías de captación para la trata. Además, no es raro encontrar un clima de complicidad en las familias de las víctimas, que reciben el dinero que les envían las jóvenes sin preocuparse de la fuente de los ingresos. Este fenómeno ha sido descrito como "la mentira nacional".
El bajo nivel de estudios y socioeconómico, los cuidados negligentes en la infancia, la violencia intrafamiliar y de género, el empleo precario y de baja cualificación (en el caso de las víctimas menos jóvenes) o la maternidad adolescente son factores que aumentan el riesgo de ser traficadas. Pero, lejos de tratarse de una consecuencia de la pobreza extrema, muchas mujeres son engañadas con la promesa de tener un buen trabajo y mejorar su nivel de vida. En un contexto de las limitadas opciones educativas y laborales para las mujeres en Rumanía, encontrar pareja se sitúa como el objetivo principal en la vida de las jóvenes. Casarse y formar una familia con los que resultan ser "falsos novios" es otra de las promesas que mueve a las chicas a venir a España.
La manipulación emocional tiene un papel importante en las pautas de explotación de las mujeres rumanas, que suelen mantener una relación afectiva con el traficante/explotador. La confianza y el enamoramiento funcionan como elementos de control y mantenimiento de la explotación. Además, son vigiladas constantemente, aunque es frecuente que las mujeres tengan cierta libertad de movimiento. Junto con la violencia psicológica, la violencia física y sexual, las amenazas a la familia en el país de origen, la obligación de consumir drogas y la retención de documentos son estrategias de explotación.
Fundació SURT. Informe de investigación cualitativa: Trata para la explotación sexual de mujeres rumanas en España. Septiembre, 2015.
La Fundació Surt presenta los resultados de una investigación sobre el tráfico con finalidad de explotación sexual de mujeres rumanas, el colectivo de víctimas más numeroso del Estado.
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